Las acciones del banco alemán Deutsche Bank acumulan una pérdida de más de 50 por ciento en lo que va el año y están en su menor cotización en dos décadas y los seguros de incumplimiento (CDS) llegan a niveles históricos reflejando las fuertes presiones que enfrenta uno de los mayores grupos financieros de Europa.
La institución ocupa los cabezales de la prensa internacional comparándolo con Lehman Brothers, el banco de inversión cuya quiebra en 2008 detonó la crisis financiera global. Al banco estadounidense la burbuja inmobiliaria lo arrastró a la bancarrota y el más importante de Alemania está siendo afectado por los costos por litigios y su reestructura mundial, lo que pone en riesgo su viabilidad acompañada de efectos colaterales para la banca internacional.
El reclamo de un pago por 14 mil millones de dólares por parte del Departamento de Justicia de EU llegó este mes para el grupo financiero alemán por la supuesta venta fraudulenta y originación de valores respaldados por hipotecas antes de la crisis financiera.
Según Bloomberg, el director general del banco dijo no tener intención de pagar esa suma, pero advirtió estar redoblando esfuerzos para reducir costos y vender activos no estratégicos y negó que el tema del capital sea un problema así como un latente rescate por parte del gobierno alemán.
Ayer el gobierno alemán desmintió versiones en medios impresos de su país que apuntaban que estudiaba un posible rescate del banco.
DERIVADOS, LA OTRA PREOCUPACIÓN
Además de los costos por litigios, otra preocupación en torno a Deutsche Bank es la cantidad de derivados que administra.
El último reporte financiero indica la tenencia de estos instrumentos por un valor de 42 billones de euros, una de las más grandes a nivel mundial y equivalente a 14 veces el Producto Interno Bruto (PIB) anual de Alemania.
Esta intensa actividad en el área de derivados representa elevados requerimientos de capital y esa es una de las razones por las que el banco está bajo presión, explica Martin Hellmich, un profesor de gestión de riesgo en la Frankfurt School of Finance & Management, en una nota publicada en el sitio de Deutsche Well (DW).
Con pérdidas récord durante el año pasado y el desplome de su acción, sobre los hombros de Deutsche Bank pesa la consigna del Fondo Monetario Internacional al identificarlo como uno de los "Bancos Globales Importantes Sistemáticamente (GSIBs)". Según dijo en junio pasado el organismo internacional, el mayor banco germano parece ser el más importante contribuidor neto de riesgo sistémico, seguido por HSBC y Credit Suisse.
EL EFECTO
Para Eduardo Gómez, socio de la práctica regulatoria de PwC, se ve poco factible una quiebra y de que exista un rescate, porque los mercados han aprendido y madurado en que los bancos pueden tener este tipo de situaciones.
"No creo que tengan una debilidad financiera y haya la necesidad de intervenir, tampoco veo que vaya a ver una contaminación como sucedió con Lehman Brothers, es cierto que hay nerviosismo en los mercados pero es porque en general la economía global va lenta".
Agregó que no habrá efectos en México por la regulación.
A casi un año de ser anunciada la salida del país aún no se ha concretado.